[…] Sabemos que el padre de la mentira, el demonio, siempre prefiere un pueblo dividido y peleado, a un pueblo que aprende a trabajar juntos. Y este es un criterio para distinguir a la gente, los constructores de puentes y de muros, esos constructores de muros que dividen a la gente. ¿Ustedes qué quieren ser? ¡Constructores de puentes! (responden los jóvenes)[1]
Con el sustantivo “puente[2]” se quiere explicitar la necesidad de reestablecer una relación que se percibe fracturada entre el mundo y los jóvenes, entre ellos y la Iglesia. En efecto, los jóvenes mismos viven la experiencia de pasar de la adolescencia a la edad adulta y necesitan un puente que los acompañe en este caminar. Asimismo, existen diversos esfuerzos en el campo de la evangelización de los jóvenes en la ciudad-región, tanto de movimientos y asociaciones, como de comunidades religiosas y experiencias diocesanas que necesitan ser conectadas, integradas a través del puente J. Además, la constatación de una baja participación de los jóvenes en la vida eclesial arquidiocesana, como se verificó en la caracterización que realizara en su momento el Observatorio Arquidiocesano[3], impulsa a la creación de un puente entre la Iglesia Arquidiocesana y los jóvenes de la ciudad-región.
Es por esto que el Equipo Arquidiocesano para la Evangelización de la Juventud (EAPEJ) presenta el proyecto “Puente J” cuyo objetivo es confiar a los jóvenes de nuestra ciudad-región el tesoro del Evangelio para que, desde el encuentro con Cristo, sean puentes en el mundo y en la Iglesia. Hoy más que nunca la Iglesia está llamada a confiar en los jóvenes porque ellos son “el ahora de Dios[4]”, es tiempo de darles el lugar protagónico en medio de ella y por eso se les confía el tesoro del Evangelio, sin reservas, llenos de esperanza en que de sus manos podrá dar muchos frutos en bien de la renovación de la Iglesia Arquidiocesana. El EAPEJ es consciente, en sintonía con el Plan de Evangelización[5], que el punto de partida tiene que ser el encuentro con Cristo y por esto lo pone también al centro, con la certeza que en la juventud misma habita Dios en cuanto “las juventudes son lugar teológico[6]”. De esta manera, los jóvenes podrán transformar la realidad eclesial y social, siendo agentes de unidad, presencia transformadora en el mundo y en la Iglesia.
El proyecto cuenta con tres ejes principales: Acoger, Festejar e Involucrarnos, que agrupan diversidad de programas para ser realizados en el arco del actual Plan de Evangelización Arquidiocesano, es decir, para ser implementados en el tercer año del Nuevo Rumbo (2019) y los tres años del Nuevo Ritmo (2020-2022)[7].
Acoger | Festejar | Involucrarnos |
Comunidades Juveniles Movimientos Juveniles Colegios Iniciación Cristiana Aplicación | Retiro Espiritual Eucaristía para jóvenes Conversatorio con el Señor Arzobispo Pascua Juvenil Conciertos Jornada Mundial de la Juventud Festival de la Juventud | Misiones Servicio a mi ciudad Escenarios juveniles Red de oración |
[1] Cfr. Francisco, Viaje Apostólico a Panamá con ocasión de la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud. Ceremonia de acogida y apertura, 24 ene. 2019.
[2] Cfr. Arquidiócesis de Bogotá (oficial), Invitado Especial: Padre Jorge Luis Páez, 2018 (Consultado: 27 abril 2018).
[3] Cfr. Observatorio Arquidiocesano de Evangelización, Caracterización de los animadores de la evangelización en la Arquidiócesis de Bogotá. ¿Quiénes somos?¿Con quién contamos?, 2015.
[4] Cfr. Francisco, Viaje Apostólico a Panamá con ocasión de la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud. Misa de conclusión, 27 ene. 2019,.
[5] Arquidiócesis de Bogotá, La Iglesia en la ciudad. Plan de Evangelización 2013-2022, Bogotá, Instituto San Pablo Apóstol, 2013, 26.
[6] SEJ – CELAM, Civilización del amor. Proyecto y Misión. Orientaciones para una pastoral juvenil latinoamericana, Bogotá, CELAM, 2013, 18.
[7] Arquidiócesis de Bogotá, La Iglesia en la ciudad. Plan de Evangelización 2013-2022, 37.